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El uso de premoldeados en la terminación de las obras aporta beneficios tanto técnicos como estéticos. Te contamos por qué es el producto ideal.

Los acabados de obra representan un momento primordial en toda construcción arquitectónica. Tanto en proyectos residenciales como en los de carácter público requieren de una correcta planificación, atención y puesta en marcha para concluir satisfactoriamente la obra.

Y en este sentido, las terminaciones están íntimamente ligadas al estilo del proyecto. Sin embargo, la línea estética es una más de las razones por las que esta última etapa requiere especial consideración. Se trata del proceso de revestimiento final y detalle que dará protección a los materiales de los efectos nocivos del paso del tiempo, las altas temperaturas, la humedad, y los efectos de la contaminación ambiental.

Una buena planificación y ejecución de un sistema de protección asegurará entonces una gran duración de los materiales y menores gastos de mantenimiento de las edificaciones a futuro.

El premoldeado de concreto en la terminación de obra 

Dentro de la amplia gama de tipos de acabado, los premoldeados de hormigón vienen pisando fuerte al momento de incorporarlos a una construcción. ¿A qué se debe su potencial? Se trata de un material que responde adaptándose a diversas necesidades técnicas ofreciendo una solución sustentable y funcional. 

Desde una perspectiva de diseño, los premoldeados de concreto son los indicados para definir los detalles, por ejemplo, de un estilo industrial. El aspecto sobrio, neutral y de carácter que aporta el hormigón lo convierten en la mejor elección para la etapa de cierre en este tipo de ambientación que hoy es tendencia.

Una solución que aportamos desde Concretus a este tipo de uso, entre otros, es el cordón premoldeado, disponible en dos medidas, grande y chico. Es un producto útil, súper versátil y por demás resistente. 

Resistencia y durabilidad

Hay escenarios que requieren, por sobre todos los aspectos, asegurar una alta resistencia y duración para responder ante la exposición continua a impactos de fuerza, peso o ambientales. 

Para estos casos existen diversas soluciones como por ejemplo, el cordón cuneta, que complementa pavimentos asfálticos y de hormigón. Es utilizado en calles y cualquier otro tipo de vía de alto tránsito, ya que es extremadamente firme y consistente como borde de un pavimento sometido a tráfico vehicular o peatonal intenso.

También es recomendado para señalizar áreas de frenado o delimitación de estacionamiento. 

En esta misma línea, el cordón stop, es un tope de hormigón prefabricado cuya resistencia soporta la detención del avance de vehículos sin perjudicarlos. Es una solución ideal para aportar seguridad peatonal, no sólo en estacionamientos sino, en cualquier otro espacio donde circulen automóviles y personas.

Más allá de la estructura

Como se ve, las posibilidades del premoldeado de hormigón van mucho más allá de su uso para levantar una construcción. Especialmente en la etapa crucial de acabado de obra, el prefabricado puede cumplir un rol importante al participar en los detalles y en la protección de los materiales, gracias a su versatilidad, enorme resistencia y diseño. 

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