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Casas de playa: el concreto gana protagonismo

El hormigón premoldeado le saca ventaja a sus rivales clásicos –la madera y el metal– y está imponiendo tendencia en las costas y bosques marítimos. Acá enterate de por qué le decimos “sí” a las casas de playa brutalistas.

Volver con los pies llenos de arena y la piel salada. Buscar refugio del sol y descansar en un hogar fresco, cómodo y luminoso, cerca del mar. ¿Quién acaso no sueña con una casa en la playa?

La realidad se aleja de la fantasía: tener una vivienda para disfrutar en vacaciones trae otras responsabilidades y cuidados. Por esto, en gran parte, un material estrella está ganando protagonismo en las costas: el concreto premoldeado.

Versátil, fresco, resistente al clima marítimo y de muy bajo mantenimiento, ha sabido abrirse camino en las construcciones costeras frente a sus clásicos rivales: la madera y el metal.

La ley del más fuerte

El sol, la arena, la brisa, la sal… todo lo que amamos de la naturaleza marítima y que nos ayuda a desconectarnos mentalmente en vacaciones, es también lo que más afecta los acabados y la estructura de las construcciones próximas a la playa.

Al ser lugares que frecuentamos poco, necesitamos optar por materiales que requieran el mínimo mantenimiento posible. La madera, si bien es uno de los elementos más elegidos, tiene la desventaja de que puede deteriorarse al exponerse a la humedad y el calor, y demandar remodelaciones recurrentes.

El metal, por su parte, puede parecer una opción económica pero, a la larga, se oxida y se corroe por las condiciones saladas de la playa.

En cambio, el concreto es mucho más duradero, soporta cualquier tipo de condiciones climáticas y no demanda mucho mantenimiento. Además, en muchos casos, emplear bloques de hormigón premoldeado acorta los tiempos de construcción y vuelve innecesario cualquier tipo de acabado superficial. Esto reduce los costos de ejecución en las terminaciones. 

Brutalismo al natural

“Brutalismo” es el nombre de esta tendencia originada por el arquitecto Le Corbusier, palabra derivada del francés “brut” que en español sería hormigón crudo, ya que los materiales quedan expuestos en el exterior y en el interior.

 

Lejos de ser viviendas modernas inexpresivas, al combinar los bloques de hormigón con grandes aberturas de vidrio se logra una construcción que se funde con el paisaje. En vez de impactar de manera negativa en la naturaleza, las nuevas viviendas que están aflorando en las costas conviven muy bien y destacan el paisaje. Después de todo, es el entorno el sello distintivo que hace únicas a las casas de playa con las que soñamos.