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Desde los materiales que elegimos para construir –como el concreto o la piedra–, hasta tips y trucos prácticos para mantener una temperatura agradable en la casa de manera natural.

El aire acondicionado suele ser lo primero que se nos viene a la mente al pensar en una casa fresca. Pero hay otras estrategias más naturales, y menos perjudiciales para el ambiente y el bolsillo, para enfriar una vivienda. ¡Poné en marcha estas propuestas de materiales para la construcción y tips cotidianos para bajar la temperatura de tus espacios interiores!

Concreto: el gran aliado para refrescar tus ambientes

El uso del concreto premoldeado como protagonista de una construcción resulta clave para reducir la energía necesaria para calentar o enfriar un ambiente hasta en un 25%. ¿Por qué? Por su alta densidad, este material tiene una gran masa (o inercia) térmica: la capacidad de absorber el calor, almacenarlo y liberarlo de manera lenta. En consecuencia, el concreto al almacenar la temperatura exterior, genera una barrera contra las altas temperaturas durante el verano.

Además, el concreto tiene una baja reflectividad. Las superficies oscuras, mate o con textura absorben más energía que las lisas y brillantes. Otros materiales con alta densidad y ventajas similares a las del concreto son la piedra natural y la cerámica.

Porticados, plantas y otros consejos

• Porticados. Los pórticos construidos en el perímetro de una casa ayudan a que el viento corra bajo un área sombreada, disminuyendo la temperatura general del interior.

• Plantas. No es novedad que el verde –dentro de la casa, fuera de ella y hasta en el techo– contribuye a mantener un clima agradable. La vegetación mantiene mejor la humedad y ayuda a absorber la radiación solar.

• Agua. Los antiguos romanos solían diseñar sus hogares alrededor de un patio central con un estanque de agua por razones más que estéticas. Para el proceso natural de evaporación, el agua requiere calor, que absorbe de su entorno inmediato. Por eso, su presencia en el interior ayudará a refrescar el ambiente.

• Techos altos. Debido a que el aire caliente sube, el espacio al nivel del piso se mantiene más fresco.

• Celosías. La ventaja de estas estructuras que se utilizan para dividir espacios dentro de la casa es que favorecen las ventilaciones cruzadas, que contribuyen a refrescar el interior.


Crédito: Revista Deck

• Ventilación. La clave está en abrir las ventanas por la mañana, bien temprano, cuando el aire exterior es más fresco, o cuando ya se ha puesto el sol. Un tip: humedecer las cortinas al ventilar hará que el aire que las atraviesa contribuya a la evaporación del agua y se convierta en aire más fresco.

• Reacomodar los muebles. Un espacio más despejado ayuda a que el aire circule mejor y tengamos una mayor sensación de frescura. Si no podemos quitar muebles durante las estaciones cálidas, lo que podemos intentar es alejarlos de las zonas expuestas a la radiación solar que entra al ambiente.

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