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El arte de la Ingeniería: Control de calidad en el hormigón armado

En el mundo de la Ingeniería, el hormigón armado es un pilar fundamental que brinda resistencia y durabilidad a las estructuras. Desde Concretus entendemos la importancia de garantizar la mejor calidad en cada proyecto en el que nos embarcamos. ¿Cuáles son los procesos de control de calidad en el hormigón armado? ¿Qué tener en cuenta a la hora de evaluar materiales para lograr resultados excepcionales en cada construcción? En este artículo exploramos estos procesos y te contamos su importancia para que puedas estar al tanto de cada detalle a la hora de elegir un proveedor. 

El control de calidad en el hormigón armado es una tarea obligatoria que debe formar parte de la rutina dentro del ámbito de la producción de bienes y servicios. Pero principalmente es – y lo decimos con énfasis-  un compromiso en el mundo de la Ingeniería que exige conocimientos técnicos y una visión integral del proceso constructivo. 

 

 

Las prácticas clave para garantizar la calidad del hormigón armado se vinculan con:

  •  La selección adecuada de materiales (cemento, agregados y aditivos de alta calidad que cumplan con las normas y estándares establecidos.

 

  • Una dosificación precisa: La proporción apropiada de cemento, agregados y agua es fundamental para obtener un hormigón de calidad que cumpla con los requisitos de resistencia y durabilidad.

 

  • Mezclado y transporte: Durante el proceso de mezclado, es vital asegurar una distribución uniforme de los materiales y un tiempo de mezclado adecuado para lograr una mezcla homogénea. Además, el transporte del hormigón debe ser cuidadosamente controlado para evitar la segregación y la pérdida de trabajabilidad. Se deben utilizar equipos y métodos adecuados para garantizar la integridad del hormigón durante todo el proceso.

 

  • Colocación y compactación: La correcta colocación y compactación del hormigón armado son aspectos cruciales para garantizar su resistencia y durabilidad. Mediante vibradores y técnicas de compactación adecuadas se logra una óptima densidad y adherencia entre el hormigón y las armaduras.

 

  • Curado y protección: Después de la colocación, el hormigón debe ser curado adecuadamente para optimizar su resistencia y durabilidad. El curado consiste en mantener una adecuada humedad y temperatura durante el tiempo necesario para permitir la hidratación del cemento. Además, se deben tomar medidas de protección para evitar la exposición prematura a condiciones adversas, como altas temperaturas o lluvias intensas que podrían afectar este proceso. 

 

Si estás por comenzar un proyecto pedí un asesoramiento en diseño de planta y evaluá cuáles son los materiales que mejor se adecúan a tu obra. 

 

¿Y qué sucede con las pruebas y ensayos de calidad?

Por más que se sigan a rajatabla todas las normas del proceso de fabricación, el último paso es garantizar que todo haya salido de la manera adecuada y se llevan a cabo las pruebas de control de calidad que ayudan a verificar que el hormigón utilizado en la construcción cumpla con las especificaciones y los requisitos establecidos. 

 

 

Existen varias técnicas de evaluación del hormigón armado que se utilizan para determinar su calidad, resistencia y durabilidad. Entre ellas, están los llamados “ensayos destructivos” que implican la aplicación de cargas o la extracción de muestras del hormigón armado, lo que resulta en la destrucción o alteración permanente de la muestra ensayada. Dentro de esta categoría podemos enumerar ensayos de compresión, de flexión, de tracción o de cortante. 

 

 

Otro tipo de pruebas de calidad son los “ensayos no destructivos”, utilizados para evaluar las propiedades y características del hormigón armado sin dañar o destruir la estructura o las muestras ensayadas. Incluyen evaluaciones como el ultrasonido, la esclerometría, tomografía, termografía y la básica pero siempre imprescindible, técnica de inspección visual. 

De acuerdo al tipo de ensayo que se implemente estaremos obteniendo ya sea, información directa y precisa sobre las propiedades mecánicas del hormigón y su resistencia a diferentes tipos de cargas (ensayos destructivos), o bien información sobre el estado del hormigón armado sin que se afecte su integridad estructural (ensayos no destructivos). Estos últimos también son utilizados durante la construcción y como herramientas de diagnóstico en la inspección y evaluación de estructuras ya existentes.

Es importante destacar que estas técnicas de evaluación se utilizan siempre de forma complementaria para obtener una imagen e idea más completa de la condición del producto que se fabrica y entrega al mercado. 

En  síntesis, el control de calidad en la fabricación de hormigón armado garantiza la entrega de estructuras sólidas, confiables y duraderas. Esto no solo beneficia a los ingenieros, constructores y propietarios de las obras, sino también a la sociedad en general, ya que proporciona infraestructuras seguras y edificios resilientes.