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Hormigón armado: durabilidad y resistencia como sinónimos de sostenibilidad

El debate sobre la sostenibilidad en la construcción se centra a menudo en la distinción entre materiales naturales y sintéticos. Sin embargo, este enfoque no siempre refleja la complejidad de la sostenibilidad. Factores como la durabilidad, el mantenimiento y la eficiencia energética a menudo se pasan por alto. En este contexto, el hormigón armado se destaca como un material que, a pesar de requerir una considerable energía inicial y presentar desafíos en su reciclaje, ofrece una durabilidad excepcional y la capacidad de dar forma a arquitecturas de densidad media-alta.

Sostenibilidad del hormigón armado

El hormigón armado, compuesto por cemento portland, áridos y acero, implica la extracción y modificación de materiales no renovables, lo que conlleva un alto consumo de energía y recursos. Sin embargo, su ventaja radica en su longevidad.

Este material es capaz de resistir el paso del tiempo, con una vida útil nominal que puede superar los 100 años con un mantenimiento mínimo.

Esto lo convierte en una opción sostenible, especialmente cuando se busca una arquitectura de densidad media-alta, maximizando el uso eficiente del suelo.

La diferencia en la durabilidad

En contraste con materiales como la madera, que son altamente sostenibles pero pueden no ser adecuados para edificaciones de gran altura, el hormigón armado demuestra su valor en proyectos de mayor envergadura, brindando la posibilidad de construir edificios de mayor altura sin comprometer su durabilidad.

Hormigón armado: desafíos y oportunidades

A pesar de sus beneficios, el hormigón armado no está exento de desafíos. Requiere una cantidad significativa de energía en su producción y su reciclaje puede ser más complejo. Sin embargo, su longevidad y resistencia a factores como la carbonatación del hormigón y la oxidación de las armaduras lo convierten en un contendiente sólido en la construcción sostenible. La clave radica en minimizar su impacto ambiental durante la fase de producción y considerar cuidadosamente su uso en proyectos que aprovechen su durabilidad.

Formación de ingenieros en tendencias sostenibles

Para introducir buenas prácticas ambientales en la construcción, es esencial trabajar de la mano de profesionales altamente capacitados en tendencias sostenibles. La calificación para trabajar aspectos como la eficiencia energética, la tecnología de construcción ecológica y el uso responsable de los recursos son esenciales para liderar los proyectos que el presente exige: construcciones responsables con el medio ambiente.

En conclusión, el hormigón armado desafía la noción convencional de sostenibilidad al combinar el consumo inicial de energía con una vida útil excepcional y la capacidad de crear edificaciones de densidad media-alta. Al evaluar la sostenibilidad en la construcción, es crucial mirar más allá de la naturaleza del material y considerar su durabilidad y su contribución a un uso eficiente del suelo. En un mundo donde el equilibrio entre recursos naturales y necesidades de construcción es esencial, el hormigón armado emerge como una opción que merece un lugar destacado en la conversación sobre la construcción sostenible.